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Palabras inventadas. Porque sí.

Actualizado: 7 abr 2022

Antes no usaba Twitter. Pero desde que soy profesora de español online he creado mi cuenta. Por cierto, si quieres seguirme, subo temas relacionados con la lengua, la etimología, el cine, la didáctica, la educación, etc. En Twitter soy @Plataformadees2.


El caso, es que tengo que reconocer que me encanta esta red social. Por supuesto, he hecho una limpia. Borro automáticamente cualquier perfil de ultraderecha, antivacunas, “*terraplanistas”, seguidores de las teorías de la conspiración, etc. Así que, si eres uno de esos, no me sigas.


Asimismo, sigo cuentas relacionadas con la educación. Si estás interesado/a en la cultura y política española, debes saber que aquí tenemos un hobbie: hacer leyes de educación. Esto nos encanta. Hace poco se aprobó una nueva ley educativa en España. Pero esto es otro asunto.


He venido a hablar de lenguaje.


Mientras veía tweets sobre esta nueva ley, me llamó la atención la frecuencia con la que veía palabras completamente inventadas. Leí algunos extractos del texto y cada cierto tiempo, me saltaban *palabros que no existen en el diccionario. Parece que a los que escribieron la ley les encajaban estas palabras *sacadas de la manga. Debieron de pensar: “¿Cómo llevo yo al papel este concepto abstracto y dificilísimo de concretar? Pues, añado un sufijo, y convierto el nombre en adjetivo. Listo”.


Parece, además, que se ha puesto de moda añadir el sufijo “al” a los nombres para convertirlos en adjetivo. Veamos algunos ejemplos de esta moda de inventar palabras:


- “Experiencial”: Esta palabra está en el top ten de las invenciones. La había visto en artículos en internet. Pero lo que me asombró fue verla en un texto oficial.

- “El área debe abordarse de forma experiencial, leemos en este fragmento.


Cuando no existe una palabra para una idea, es necesario explicarla. Esto lleva tiempo. Así que, sin pensar si existía o no, decidieron colocar un “al” al final de “experiencia”.


En mi opinión, queda feo. Además, creo que hay un peligro: el de reducir la competencia explicativa, es decir, de hacer paráfrasis. Esto es algo sobre lo que insisto a mis alumnos. Si no conoces la palabra en español, siempre se puede explicar. Así, no perdemos fluidez.


Los redactores de la ley no estaban *por hacer paráfrasis en este caso.


- “Multimodal”: Otro ejemplo más de la obsesión por poner “al” al final. Este vocablo tampoco existe.


- “La competencia en comunicación lingüística supone interactuar de forma oral,

escrita, signada o multimodal”.


Este es el fragmento original. Podrían haber explicado la idea de "multimodal", pero como se alargaría, de nuevo recurren a la técnica de adjetivar sustantivos.

- “Cotextual”: Otra invención. Aclaro que no querían decir “contextual”. Esta palabra sí existe. Este es el extracto:


- “En el proceso de comunicación se ponen en juego, además del conocimiento

compartido entre emisor y receptor, otros elementos contextuales y cotextuales”.


Si se permitieran emojis, sería el que tiene los ojos muy abiertos con aspecto de estupefacción.


- “Comprensividad”: Podrían haber dicho “comprensión”, “capacidad comprensiva”, etc. Pero entre los eruditos es “guay” crear léxico. Como diría Max Estrella, en Luces de Bohemia, creerán que tienen derecho al alfabeto.


Seguro que esto ocurre en todos los idiomas del mundo, y especialmente entre los redactores de temas relacionados con humanidades. Supongo que será un deseo inconsciente de trascender a través de la lengua, el crear palabras.


Mis clases en Plataforma de español no son experienciales, ni cotextuales, ni multimodales, ni practico la comprensividad. Al menos, no con estas palabras. Pero si quieres aprender palabras que de verdad existen, y el español que de verdad existe en la calle, en la tele, en los textos, etc., reserva una clase de prueba.




* Terraplanistas: personas que creen que la Tierra es plana.

* Palabros: término coloquiar para referirse a palabras raras o difíciles.

* Sacado de la manga: expresión que usamos cuando algo no responde a la previsión.

* No estar por hacer algo: No tener la intención de hacer algo.





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